Somos enormemente conscientes de las dificultades de toda la clase médica para llegar al diagnóstico de una enfermedad autoinmune, especialmente en estos tiempos convulsos y llenos de presiones para todo el sistema sanitario.

Pero nos sorprende que algunas personas asociadas a ADAVaCo indican que, si bien han logrado un diagnóstico, no tienen el tratamiento adecuado; normalmente esto esta ocurriendo después de recibir tratamientos con corticoides (por ejemplo para Síndrome de Guillain-Barré o Neuritis óptica) y que, al no funcionar, no se intentan otros medicamentos o procesos perfectamente válidos y homologados dentro de la sanidad y que sí se han utilizado en otros pacientes con cierto éxito.

Estos tratamientos, siendo conscientes de que no son de uso universal, vemos que han mejorado de forma notable la vida de las personas que han sufrido daños por las vacunas; nos referimos a los inmunosupresores, las inmunoglobulinas y la plasmaféresis.

  • Los inmunosupresores son medicamentos que disminuyen la respuesta del sistema inmunológico del cuerpo. Estos medicamentos se utilizan para reducir la inflamación y prevenir el daño a los tejidos y órganos afectados por las enfermedades autoinmunes. Algunos ejemplos de inmunosupresores incluyen la azatioprina, el metotrexato y los glucocorticoides. Es importante tener en cuenta que estos medicamentos pueden aumentar el riesgo de infecciones, por lo que deben ser administrados desde el máximo conocimiento y cautela, pero siendo conscientes de que a un porcentaje importante de personas, les ha mejorado su vida de forma radical.
  • Las inmunoglobulinas son proteínas que se encuentran en la sangre y que ayudan al sistema inmunológico a combatir infecciones. En algunos casos de enfermedades autoinmunes, las inmunoglobulinas pueden estar disminuidas o no funcionar correctamente. En estos casos, se puede utilizar una terapia de reemplazo de inmunoglobulinas para aumentar los niveles de estas proteínas en el cuerpo. Esta terapia puede ser administrada por vía intravenosa o subcutánea y se ha demostrado que es efectiva en el tratamiento de enfermedades autoinmunes como la miastenia gravis, el síndrome de Guillain-Barré y la polineuropatía desmielinizante inflamatoria crónica.
  • La plasmaféresis es una terapia que consiste en la eliminación de componentes de la sangre que se consideran responsables de la respuesta autoinmune del cuerpo. Durante este procedimiento, se extrae la sangre del paciente, se separa la parte líquida (plasma) de la parte sólida (células sanguíneas) y se elimina el plasma. Luego, se reemplaza el plasma eliminado por plasma fresco o una solución salina. Este tratamiento se utiliza en casos de enfermedades autoinmunes graves cuando otros tratamientos no han sido efectivos.

Pedimos, por lo tanto, que el sistema sanitario no abandone a los pacientes simplemente porque no haya funcionado una terapia; entendemos que la sanidad no dispone de recursos ilimitados, pero dejar a una persona condenada a ser un gran dependiente por no haber recibido (por ejemplo) una tanda de inmunoglobulinas con un coste de 3.000€ no es justificable desde ningún punto de vista, ni humano ni económico.