El primer paso para conocer a fondo nuestro expediente es tener localizados todos los documentos que lo forman para, a continuación, leer y entender bien todo lo que se ha escrito sobre nuestras afectaciones.

El camino más sencillo para obtener todas las pruebas en formato electrónico es conectarte al portal de salud de tu consejería de sanidad mediante un certificado electrónico (por ejemplo, el DNIe) y descargarlas.

En el caso de que no tengamos copia digital de todas las pruebas pero sí en papel, podemos escanearlas en un servicio de fotocopias (llevamos un pendrive y nos las almacenarán en él). En este caso, sería mejor pedir que nos creasen un fichero por cada prueba; es decir, si el resultado de una electromiografía ocupa 3 páginas, que lo escaneen en un fichero con las 3 páginas. Si no indicamos esto, seguramente crearán un archivo con todas las páginas que entreguemos para escanear, y eso dificulta mucho la catalogación y búsqueda posterior.

Es interesante incluir otros documentos anexos, como pueden ser los certificados COVID que corresponden al “acto de vacunación” donde indican el número de lote de la vacuna.

Asegúrate de que tu expediente médico refleja la realidad; si por ejemplo indica que “tus afectaciones vienen tras pasar el covid” cuando no lo has pasado EXIGE QUE CORRIJAN EL ERROR. Es fundamental que todo nuestro historial sea completo, preciso y libre de errores.